¿Qué es la apnea del sueño?
Es un problema de salud en el que los músculos se relajan mientras dormimos obstruyendo el flujo del aire por la nariz, disminuyendo la concentración de oxígeno en la sangre y afectando a su vez a la garganta y al pecho. Generalmente se suele producir la interrupción al respirar con una duración media de 20 segundos, pero puede alcanzar hasta 1 minuto, durante unas 10 veces por hora. Una vez finalizado esos segundos, los músculos recuperan y se reanuda la respiración normalmente con un fuerte ronquido.
Esta apnea puede provocar en ocasiones, que la persona se despierte de forma brusca por la sensación de ahogo que le provoca. Esto mismo, conlleva a dificultades a la hora de conseguir un sueño reparador y disminuye el descanso del paciente durante la noche, perjudicando su actividad diaria.
Los síntomas más comunes
Fuertes ronquidos y dolor de cabeza
Como ya se ha mencionado, uno de los efectos secundarios más habituales son los ronquidos repetidos durante la noche. Además, por la mañana es frecuente que el individuo se queje de dolores de cabeza provocados porque el sueño no ha sido reparador.
Inactividad durante el día
Debido a que no se descansa adecuadamente, la persona se suele encontrar somnolienta durante el día, más cansada de lo normal, sobre todo en actividades como conducir, leer, después de comer o incluso se puede estar totalmente inactiva.
Cambios en la conducta
También es frecuente que presenten un deterioro intelectual, pérdida de memoria y posibles alteraciones en la personalidad (pueden sentirse más irritados).
Problemas cardiovasculares
Esta enfermedad obliga al corazón a bombear más intensamente la sangre cada vez que se produce una insuficiencia de oxígeno. Por eso mismo, es más frecuente en ellos los trastornos en el ritmo cardiaco y el infarto de miocardio.
En la mayoría de estos pacientes, hay una frecuencia cardiaca baja y una elevación de la presión sanguínea durante esos episodios, seguido de un aumento del ritmo cardiaco al reanudarse la respiración. Además, suelen tener hipertensión arterial.
¿Cómo tratar la apnea?
Cambiar la postura para dormir
Es muy importante tener en cuenta la forma en la que se duerme, ya que debe ser con la postura más correcta posible para prevenir esta enfermedad, facilitando el funcionamiento del aparato respiratorio.
Es recomendable dormir de lado, para favorecer la entrada de aire por los pulmones y tener una respiración más cómoda y fácil.
Utiliza una cama articulada y otros apoyos
Se aconseja que estas personas usen algún mecanismo que les posibilite una postura semi vertical al dormir para que la respiración sea la correcta. Para ello, una de las opciones más convenientes es el uso de camas articuladas, pues pueden ajustarse a la postura que uno quiera, adaptándose al sistema respiratorio y evitando situaciones en las que el sueño se interrumpa.
Además de la cama eléctrica, se puede acompañar con otros sistemas de apoyo como colchones o almohadas que prevengan otro tipo de dolores como los de espalda y ayuden también a un perfecto descaso.