Necesitamos dormir como niños. Más de un tercio de los españoles no duerme bien. Un dato que demuestra que el sueño no viene siempre solo. Y muchas veces no llega si quiera. Pero lo necesitamos para una vida enérgica, tranquila y atenta a los imprevistos diarios. Ante el insomnio, soluciones muy despiertas.
DORMIR COMO NIÑOS
Has tenido un día intenso, con algunos problemas inesperados, te pesa el cuerpo, llega la hora de la cena, estás cansadísima y lo único en lo que piensas es en acostarte y dormir. Pero una vez más, el sueño te abandona y llega el desvelo. Según estudios sobre la calidad del sueño, un 36% de los españoles duermen mal, especialmente en Castilla La Mancha, Aragón y La Rioja. Donde mejor, Baleares y Navarra.
La melatonina, hormona natural, disminuye con la edad. Muchos afectados recurren a técnicas como leer, repasar el móvil, ver alguna serie o película a horas intempestivas, pero la solución real no pasa por ahí, sino por encontrar las causas y técnicas duraderas que ayuden al cerebro a revertir su persistente obsesión por el desvelo. Aquí entra la melatonina, una hormona que se encuentra de manera natural en el cuerpo pero que disminuye con la edad y que es sintetizada a partir de la serotonina.
La manera de actuar esa sustancia depende en gran medida de la alimentación, que no siempre cuidamos por que no vemos la relación que hay entre lo que ingerimos y lo que dormimos. Muchos productos contienen melatonina de forma natural, pero ante la carencia de estos alimentos hay compuestos naturales que contienen los principios activos que predisponen a la recuperación del sueño.
El magnesio y las vitaminas B3 y B6 ahuyentan el desvelo. Además de la melatonina está el magnesio, que interviene en la síntesis de la melatonina y ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga y favorecen la descalcificación de las células que forman la glándula pineal, lo que libera la melatonina.
La vitamina B3 que interviene en la formación de neurotransmisores y ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga. Y la vitamina B6 que interviene en la transformación de triptófano a serotonina y también ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga.
OTRAS CAUSAS PARA NO DORMIR
Perder el sueño es una buena razón para preguntarse que pasa en la vida de uno que altera una costumbre tan necesaria como esa. Los factores psicológicos como el estrés o la depresión son tan importantes. También trastornos como el bruxismo, o los ronquidos alteran de modo sustancial el descanso nocturno.
Además, pueden darse influencias externas como un colchón inadecuado, la almohada o el ruido ambiental. Para relativizar el impacto negativo en la calidad del sueño es bueno acostarse antes de las 23 Horas y tener hábitos regulares.
